"Vivir en el mundo sin conocer las leyes de la naturaleza es como ignorar la lengua
del país en el que uno ha nacido"


Hazrat Inayat Khan (místico musulmán sufí)
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¿Qué es la vida? 3


Capítulo 3
Horas después ella le grita desde el baño –¿Y si volvemos a la fiesta para ver cómo sigue tu evolución?–
Salen en silencio a una calle en silencio. Parece que la batalla la ganaba la oscuridad.
–¿En qué piensas?– Pregunta de toda mujer a la que todo hombre contesta “en nada” como si eso fuera un pensamiento, pero esta vez no fue así.
–Creo que podríamos seguir el juego de la vida introduciendo un virus que acabe con tanto papel–
–¿Cómo?–
–Fácil– De una papelera cercana saca un trozo de papel que divide en tres trozos pequeños. –¿En tu bolso todo-terreno tendrás algo que escriba?–
Apoyándose sobre un alféizar escribe algo. Coge de la mano a la chica y corriendo deshacen el camino que recorrieron horas antes.
La fiesta seguía subiendo de animación y la música de volumen. En la primera sala los montones de papel que acumulaba cada invitado habían ido en aumento, pero todos seguían siendo iguales. Al oír la campanilla entrega uno de los papeles que traía a uno de los invitados.
Corriendo se encaminaron a la sala más animada para ver que la variedad de los papeles había seguido en aumento. No sólo había papeles simples de varios colores y formas, habían aparecido, también, varias hojas grapadas y hojas continuas, y todas de varios colores.
Tras el sonido de la campanilla entrega uno de los papeles que le quedan al invitado más cercano que, a su vez, le quiso obsequiar con un buen montón de papeles variados pero que esquiva tal esgrimista consumado. El tercer fragmento escrito lo guarda de reserva.
–¿Y ahora qué?– pregunta ella mientras se acercan a la barra libre.
–Ahora nos tomamos una copa mientras esperamos el resultado–
Copa en mano regresan a la primera sala. Todo había sucedido más rápido de lo esperado. Las últimas hojas de papel iban desapareciendo cortadas en trocitos por los últimos invitados que quedaban. La fiesta había acabado. Únicamente quedaba un suelo empapelado con pequeños fragmentos de papel que ya nadie podía seguir.
Con una expresión de incredulidad y asombro ella inicia una pregunta –¿Cómo…?– que él no escucha mientras la lleva de nuevo a la segunda sala.
La actividad parecía dirigirse hacia el mismo final. El suelo empezaba a llenarse de pequeños papeles a la vez que desaparecían las hojas sencillas y múltiples, amarillas y ovaladas.
¿Fin de la fiesta? No. Todas las hojas no desaparecían. Algunas hojas seguían su crecimiento, ahora a un ritmo alocado. Al son de la campanilla le pasan una buena colección de hojas. Ella recibe algunas más que él. Las juntan y analizan rápidamente. Las hay de una sola hoja y de muchas, amarillas unas, ovaladas otras, pero todas con una característica en común: todas están plastificadas. Eran las únicas que, al no poderse escribir en ellas, seguían ordenando coger nuevas hojas y repetirlas. Eran resistentes a la invasión del virus cortador. Las que en un principio estaban en desventaja eran ahora las reinas de la fiesta.
Con una sonrisa de ganador, coge de la mano a la chica y salen a la calle. La oscuridad empezaba a ser vencida por un cielo que se aclaraba tenuemente.
–¿Me dirás ahora lo que escribiste en los papelitos y me explicarás lo sucedido?– insiste la asombrada compañera de aquella insólita noche.
Le pasa el papelito de reserva que se había metido en un bolsillo. Ella lee:

1. Sigue estas instrucciones
2. Tacha todas las instrucciones numeradas por encima del 10 en todas las hojas que tengas
3. Copia estas siete instrucciones en el primer espacio en blanco que encuentres en cada hoja
4. Tras la instrucción 7 pinta una línea de puntos
5. Repite las instrucciones 3, 4 y 5 hasta que llenes todas las hojas que tengas
6. Corta las hojas por las líneas de puntos
7. Reparte cada trocito de papel a los demás invitados sin esperar a la campanilla

Tras una sonora carcajada le da un sonoro beso que él devuelve con uno más silencioso y prolongado.
Con la cabeza apoyada sobre su hombro, ella le dice en voz baja –Mañana me explicarás por qué comparaste a los papeles con seres vivos y a los papelillos pequeños con virus, ahora es posible que no te haga mucho caso–
Él la toma por la cintura para encaminarse a ninguna parte.



Epílogo
Ahora ya pueden imaginar cómo defino la vida. Un ser vivo puede ser de muchas maneras, tener muchas y diferentes formas y tamaños, tener unas u otras estructuras, funciones, órganos, moléculas, puede, incluso, ser irreconocible a primera vista como ser vivo. Puede que no nazca, ni crezca, ni se desarrolle, ni muera. Si se reproduce y al hacerlo genera variabilidad, entonces es un ser vivo. Al variar tendrá evolución, vendrá de otros seres vivos y en el futuro originará nuevas formas de vida. Todo lo demás es superfluo, anecdótico, ocasional, circunstancial, temporal, sólo lo que permite su reproducción y variación es indispensable. Por esa razón todos los seres vivos tenemos la misma molécula para reproducirnos y variar, el ADN o su variante el ARN. Para ser como somos, todos recibimos de nuestros antepasados la misma molécula con los mismos genes, y es gracias a esta variabilidad por lo que todos somos distintos, irrepetibles, únicos. Y la misma molécula le pasaremos a nuestros descendientes. Esa es nuestra única conexión con la inmortalidad.

El juego con los papeles está basado en Michie D. & Longuet-Higgins C. 1966. Nature 212: 10-12.

3 comentarios:

  1. Bien Alfonso, superaceptado...ADN y ARN esenciales en la vida. Pero yo a mis alumnos les enseño que, sin contar el agua, cuantitativamente, las macromoleculas mayoritarias en celulas pro y eucariotas son las proteínas. Y esto será por algo...¿no? Hace falta un "disco duro" y muchos "ejecutables" para que la vida (o el organismo vivo) se haga realidad en su entorno, se mantenga,evolucione...

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  2. Efectivamente, las proteínas son abundantes, y mayor cantidad (en número) hay de lípidos, pero sus cantidades son muy variables. En un mismo tipo de células estos números varían considerablemente dependiendo de su tamaño y de su actividad metabólica. La única molécula que tiene un contenido fijo e invariable es el ADN. La única molécula que se duplica antes de dividirse la célula y se reparte durante la división de forma igualitaria entre las dos resultantes es el ADN. De ahí podríamos deducir que sólo el ADN es lo importante. Las proteínas saldrán dependiendo de la programación que lleve el ADN. Si falta una proteína se fabrica otra nueva. Si falta una molécula de ADN (un cromosoma) la célula no puede vivir y muere.
    Más aún. Hay organismos que prácticamente son sólo ADN, a menos que consideres que un virus no es un ser vivo que ha optado por el parasitismo obligatorio simplificando su genoma al máximo, como también lo hacen algunas bacterias que son parásitos obligados de células eucarióticas.

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  3. Anónimo, se me olvidaba decirte que es recomendable firmar cualquier comentario con un nombre, real o ficticio, pero es bueno saber a quién se dirigen los comentarios.

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