"Vivir en el mundo sin conocer las leyes de la naturaleza es como ignorar la lengua
del país en el que uno ha nacido"


Hazrat Inayat Khan (místico musulmán sufí)
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El sentido de la vida


Hay tres preguntas, propias de seudofilósofos trasnochados y, desde luego, formuladas por incultos en evolución que enganchan a muchos oligocefálicos que no se han querido enterar de que la ciencia no sólo es cultura necesaria para todos, sino que en determinados temas es la única cultura aceptable. Estas preguntas son: "¿de dónde venimos?, ¿a dónde vamos?, ¿cuál es el sentido de la vida?"



Empezando por la tercera cuestión, me pregunto ¿a qué vienen tantas disquisiciones inútiles sobre el sentido de la vida? ¿Tiene que tener sentido la vida de una persona?, ¿sentido para quién? Cada uno le dará el sentido que más le apetezca, esto es algo personal, privado, subjetivo, individual, intrínseco, por lo que a nadie le importa un pimiento más que a uno mismo.

Si hablamos en términos objetivos, por tanto generales, el único sentido que tiene la vida es autoperpetuarse. Como la de cualquier otro ser vivo. Por esa razón estamos aquí, porque la vida tiene como única misión perpetuarse, y perpetuarse no es más que recibir una información, la información genética necesaria para la formación de un nuevo individuo, y transmitirla. ¿Que esto es muy pragmático?, ¿muy descorazonador?, ¿muy triste? No lo creo. Aceptar estas premisas es aceptar la razón por y para la que estamos aquí. ¿Qué sentido tiene la vida de un murciélago?, de una adelfa? Evidentemente la misma razón necesaria para el mantenimiento de esas formas de vida, ser el eslabón de una cadena que pretende continuar tanto como pueda y le dejen. ¿Es que nosotros somos distintos? Ya oigo a muchos chillándome: "nosotros pensamos! y por eso nos hacemos preguntas sobre nuestra existencia!". ¿Cómo pueden descartar que algunos animales puedan pensar? Y si fuésemos los únicos pensantes ¿qué?, ¿somos mejores por eso?, ¿por qué no son superiores otros seres vivos por tener capacidades que nosotros no tenemos? ¿Pensamos y por eso nos creemos mejores?, ¿superiores a los demás seres vivos? Piensen un poco, si esto hubiese sido así a ese dios no le debió gustar mucho el resultado de su obra porque a la primera que los primeros humanos (¿una sola pareja?, ¿ese dios veía entonces bien el incesto?) usaron la capacidad de pensar para ejercer la libertad de elección los echó del paraíso usando un ángel con espada de fuego según nos han contado (¡debía estar muy cabreado!).

Quien use su pensamiento para creer estas historias está muy equivocado. Las pruebas encontradas en nuestro propio interior, especialmente en nuestro genoma, demuestran, bien al contrario, que estamos hechos de la misma materia, con los mismos ingredientes, con las mismas estructuras y funcionalidades, y con los mismos mecanismos y leyes para recibir y transmitir nuestra herencia que el resto de seres vivos. Que todas y cada una de las especies de animales y vegetales hemos aparecido por acumulación de variaciones fortuitas de otras anteriores. Que todos los seres vivos tenemos un tronco común del que a través de la evolución fueron, fuimos, saliendo todos los seres pasados y presentes, y saldrán los futuros. Aquí entroncamos con la primera pregunta: ¿de dónde venimos?

La mayoría de las religiones hacen creer a sus seguidores que son especiales, distintos al resto de los seres vivos, por supuesto superiores, en ocasiones incluso distintos al resto de las personas no creyentes, y para ello han inventado de una forma u otra el mito de la creación directa divina, incluso "a imagen y semejanza" de cada dios (para los seguidores de la Biblia: Génesis 2:27) –dado que todos los humanos somos iguales, ¿no se han parado a pensar que la conclusión sería que todos los dioses, de existir, deberían ser iguales?, quizás así habría habido menos guerras y menos asesinatos en nombre de cada dios–

La Biología del siglo XX ha demostrado, sin opción para la duda, que todos los animales y plantas venimos por evolución de antepasados comunes. Como en un gran árbol, las ramitas finales vienen de un rama común más cercana cuanto más próximas estén y vendrán de una rama común más distante con las que más lejos se encuentren, pero todas empezaron a separarse a partir del mismo tronco inicial. De la misma manera, nosotros poseemos antepasados comunes más cercanos con aquellos que más similares nos son, chimpancés, gorilas, bonobos, etc.; nuestros ancestros comunes con todos los mamíferos están más distantes en el tiempo, nuestros antepasados comunes con todos los vertebrados están mucho más lejanos, y aún más distantes en el tiempo se encuentran los ancestros comunes a todos los animales habidos y por haber. Todos los anteriores procedemos, además, de una célula inicial formada por la simbiosis de varias bacterias, con las que también tenemos muchos genes en común pero, sobre todo, compartimos la misma molécula hereditaria y las mismas leyes y mecanismos de uso y duplicación de este material hereditario. Estas moléculas, leyes y mecanismos no han sido modificados por la evolución y, al ser idénticos en todos los seres vivos, demuestra la unicidad de nuestro origen. Cuando en esta simbiosis de bacterias intervino una que usaba como energía la luz del sol, dio lugar a la célula inicial de todo el mundo vegetal. Cuando en esta simbiosis la bacteria encargada de la energía obtenía ésta del oxígeno atmosférico, se inició la línea de la que saldrían todas las células de todos los animales.

Algunos podrán pensar que este resumen evolutivo desde que aparecieron las primeras células animales y vegetales hasta el momento presente, se corresponde con toda la historia de la vida sobre nuestro planeta, pero nada más lejos de la realidad. Este periodo sólo es un tercio de la historia de la vida sobre la Tierra. Los dos tercios restantes de este tiempo corresponden con la aparición y evolución de las bacterias, nuestros antepasados comunes de plantas y animales.

¿Tienen suficiente para hacerse una idea "de dónde venimos"? Si necesitan más detalles tendrán que leer más profundamente algo sobre biología evolutiva, de la que hay muchas y muy buenas páginas en internet si saben buscarlas y, por supuesto, libros excelentes.

Y ahora ¿dónde vamos? Ustedes y yo a ninguna parte. Estamos hechos para transmitir la llama olímpica de la carrera de relevos que es la vida. La llama olímpica es nuestro genoma y el relevo lo toman nuestros descendientes, por lo que una vez transmitido aquí no pintamos nada. El instinto maternal de las mujeres, aún a edades muy avanzadas, les lleva a ayudar en la crianza de los descendientes de sus descendientes, lo que aumenta la probabilidad de éxito de su carrera de relevos. Este comportamiento ha sido beneficiado por la evolución con una esperanza de vida de las mujeres superior a la de los hombres, lo que indica la importancia de tener éxito en esta carrera reproductiva.

Si en lugar de una consideración individual atendemos a un grupo o a la especie completa, la Naturaleza nos enseña, de nuevo, que, por encima de la supervivencia, lo importante es el éxito reproductivo. Por si acaso dudan ustedes de esta importancia, la Naturaleza nos abruma con innumerables ejemplos: los colores vistosos de los machos de muchas aves y peces; las llamativas pero exageradas estructuras de las colas de algunas aves; los cuernos en los machos de muchos mamíferos; los muy extendidos comportamientos rituales previos a la cópula; cantos y gritos normalmente en machos de aves, anfibios, insectos y mamíferos; producción de luces en algunos insectos e invertebrados marinos. En todos los casos, el macho que más canta o baila, el que mayor cola o cuernos tiene o es poseedor de colores o luces más llamativas, será el que más atraerá a las hembras y mayor éxito reproductivo tendrá, pero a la vez también será el que más fácilmente atraerá a sus predadores por lo que la mayor ventaja reproductiva que le confiere la ostentación de sus buenas cualidades suele llevar aparejada una menor supervivencia. La conclusión es que los grupos mejor adaptados no son los que más sobreviven sino los que más se reproducen, los que tienen mayor éxito en esta carrera de relevos, cuyos representantes, por el momento, son las especies que hoy poblamos la Tierra.

Y ¿dónde va la especie humana? Es casi seguro que nos equivocaríamos si quisiéramos predecir el futuro a corto plazo y decir por dónde va a ir nuestra evolución. Por tanto no voy a equivocarme, pero sí puedo estar seguro de mi acierto si doy un plazo más largo, tanto como quiera, y afirmar que más temprano o más tarde desapareceremos. O nos cargamos el planeta y con él a nosotros mismos –podemos incluso desaparecer por demasiado éxito reproductivo (ver el artículo sobre demografitis en este blogg)–, o la Naturaleza se encargará de extinguirnos, como se han extinguido el 99,99999 por ciento de las especies que han habido. La única diferencia es que por el primer camino nuestra desaparición sería mucho más rápida que por el segundo, pero todo llegará.

Concluyendo, ¿de dónde venimos?, ¿dónde vamos?, ¿cuál es el sentido de la vida? Venimos de ninguna parte, somos un producto más de la variación y evolución azarosa de la vida; vamos a ninguna parte, porque como tantos otros millones de millones de especies desapareceremos; y la vida no tiene más sentido que el de perpetuarse mediante la reproducción de sus individuos. Y como decía al principio, de forma individual tu vida no tiene más sentido que el que tú y sólo tú quieras darle.


[Este tema y otros relacionados para entender las implicaciones de la Genética en la vida contemporanea están descritos con mayor detalle en el libro de divulgación: "Destimados por el azar" del mismo autor de este blog]

1 comentario:

  1. Que aburrido es darte a razón! pero es que lo veo así- lo podría decir mas alto pero no mas claro. No obstante el tema del sentido de la vida para mi tiene otros puntos de vista: ¿tiene la vida que tener un sentido?, ¿hay que darle un sentido a la vida?, ¿se puede vivir una vida sin sentido?, ¿dar sentido a la vida significa trazarte una meta, un objetivo?, ¿vivir el momento tiene sentido?... bueno, creo que por ahora me retiro- hasta pronto

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