Ayer, 23 de abril de 2015, la Secretaria de Estado de I+D+i (Investigación, Desarrollo e Innovación), Carmen Vela, presentó los resultados de la VII Encuesta de Percepción Social de la Ciencia. Los resultados son tan escalofriantes que si fuésemos un país civilizado y educado, hoy los medios de comunicación habrían puesto el grito en la estratosfera, se pedirían la cabeza de los culpables, en las tertulias se discutiría cómo resolver el problema, los directivos de los medios se reunirían para promover programas culturales, tertulias culturales, juegos científicos, todos ellos encaminados a la educación científica del pueblo llano.
¿Ha ocurrido algo de esto? ¿No? ¿Estamos, pues, en un país de iletrados, analfabestias e incultos? Mañana es 25 de abril, ¿en algún medio se ha dicho que mañana es el día mundial del ADN? Negativo. Busco en Internet este evento de varias maneras, sólo encuentro un programa de actividades para celebrar este día organizado por el Centro Nacional de Genotipado y el Instituto de Investigaciones Sanitarias de Santiago de Compostela. ¿Eso es todo lo que conmemoramos en España? Afirmativo. ¡Así nos luce el pelo!
Lo que la ministra presentó fueron los resultados de una serie de preguntas realizadas a más de 6.300 personas distribuidas por todas las regiones españolas. Les muestro algunos de los escalofriantes resultados.
El 30% de los encuestados creen que los primeros humanos vivieron al mismo tiempo que los dinosaurios y, casi el mismo porcentaje, cree que el Sol gira alrededor de la Tierra. Cercano al 20% de los españoles, si la encuesta fuese significativa, creen que los humanos no provenimos de especies animales anteriores por evolución o que el oxígeno que respiramos no provienen de las plantas.
La encuesta continúa con otras preguntas en las que, a veces, los españoles somos muy claros:
Sin interés por la Ciencia: 85%
Razones del desinterés: falta de interés: 40%, no la entiende: 36%.
Otras veces contradictorios. Vean estos resultados:
Valoración (sobre 10 puntos) de los profesionales de la Ciencia: 8,8; de los Profesores: 8,5.
Nota para pensar: los últimos la cola son los Religiosos, 4,2%, y Políticos, 3,9%.
También dejan claro el total desconocimiento de las responsabilidades políticas en la financiación de la Ciencia cuando a la pregunta "¿deberían invertir más o menos los distintos niveles de gobierno?" responden con el mismo "invertir más" el 75% de los encuestados (¡bien!), pero creo que sin saber de lo que están hablando ya que el mismo 75% se lo dan a los gobiernos europeos, central, autonómico y ayuntamientos (retiro lo de ¡bien!). De financiarla entre todos por donaciones particulares mejor no hablar demasiado ya que, al menos sobre el papel, sólo el 29% estaría de acuerdo.
Nivel de educación científica recibido: muy bajo: 47%. Esto es evidente. Pero, además, es evidente que el nivel de educación es muy bajo no sólo el recibido sino el buscado por ellos mismos. Cuando se le preguntó por los medios que usaba para informarse sobre temas científicos, el 72% respondió que por televisión. (Nuevo signo de puntuación que le propongo a la RAE: " : largo espacio de silencio motivado por un choque emocional"). Me es muy difícil comentar esta respuesta sin sufrir un ataque cerebral, así que ahí lo dejo.
¿Culpables de este analfabetismo, o mejor, acientismo? Claro que los hay y no son precisamente la gente llana de la calle. Al principio señalaba a los que creo son los dos grandes culpables: políticos y medios de comunicación. Los primeros por sus cambios de leyes cada vez que se cambia de ministro quienes piensan que las leyes de sus antecesores son pésimas, la buena es la suya, y las imponen sin consultar con representantes de otros grupos, como el de los propios enseñantes que han de usarlas. Los segundos por su "panem et circenses", que quiere decir, para ellos el panem (tradúzcase por su negocio e ingresos) mientras al pueblo sólo se le da circenses (tradúzcase por fútbol, famosillos y otras telebazofias).
Pero no solamente son éstos los únicos a los que debemos pedir explicaciones y reclamar nuestra cultura (¡la Ciencia es parte de la Cultura!). Los profesores, todos, desde los de la más tierna infancia hasta los universitarios y científicos, tienen, también, una parte de esta culpabilidad. La cultura no sólo debe enseñarse en las aulas, hay que sacarla fuera y enseñarla en la calle, en casa, en el bar, en la radio, en los periódicos, en Internet. Quizás lo más importante, y esto va para todos los responsables, la cultura no tiene que ser aburrida, ni es para memorizar palabrejas y palabros. Muy al contrario la Ciencia debe ser entretenida, aprender tiene que divertir. Sólo quien lo pasa bien en un lugar volverá a él. Sólo el que se divierte haciendo algo lo volverá a repetir. Esta es la base de todo aprendizaje.
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